* EL QUIEBRE DEL PARADIGMA DEL "ESTADO DE DERECHO": LA LICENCIA PARA MATAR
* SOFOCAR LA PROTESTA POPULAR, COMO ANTESALA PARA EL ESTADO CRIMINAL
* ESCALOFRIANTE, QUE LO BUSQUEN ASPIRANTES PRESIDENCIALES PARA EL 2018
De JOSÉ A. PÉREZ STUART
1.- La determinación del gobernador poblano, Rafael Moreno Rosas, de legalizar la enajenación de tierras sin otorgarle a la persona afectada la oportunidad de defenderse.
2.- La pretensión del mismo gobernante por legalizar, como en el estado de Chiapas, el uso de armas de fuego por parte de la policías, en caso de protestas de carácter social, y
3.- El impulso de otros gobernantes de diversos estados mexicanos por legalizar mecanismos similares, mas la despenalización del aborto...
1.- La determinación del gobernador poblano, Rafael Moreno Rosas, de legalizar la enajenación de tierras sin otorgarle a la persona afectada la oportunidad de defenderse.
2.- La pretensión del mismo gobernante por legalizar, como en el estado de Chiapas, el uso de armas de fuego por parte de la policías, en caso de protestas de carácter social, y
3.- El impulso de otros gobernantes de diversos estados mexicanos por legalizar mecanismos similares, mas la despenalización del aborto...
Nos han puesto a los estudiosos de la ciencia jurídica, pero también a todos aquellos interesados en la res pública, ante dos situaciones gravísimas que no podemos pasar por alto:
A) La reiterada evidencia del inconsistente paradigma del "estado de derecho", como pretendida arma para combatir el crimen organizado, y
B) El que, al amparo de liberalismo democrático, estemos asistiendo en México a la pretensión de instaurar, de entronizar, de imponer, el Estado Criminal, del que nos previno la filósofa judía Hannah Arendt.
Da terror que quienes llevan a cabo esas promociones sean, primordialmente, gobernadores o caciques que cubren a su vez dos características:
1.- Llegaron al poder como producto de las alianzas electorales establecidas por dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN) con los socialistas del PRD, y
2.- Ahora se encuentran hermanados para tratar de imponer en México, durante las elecciones generales del 2018, un gobierno de coalición de tinte socialdemócrata, uniendo nuevamente a esos dos partidos políticos.Mas el PANAL y CONVERGENCIA (Movimiento Ciudadano), por supuesto, que también controlan.
Rumbo a las elecciones del 2018 en México, el que impulsores de esos ordenamientos estén interesados en postularse para tratar de suceder a Enrique Peña Nieto en la Presidencia del país, resulta escalofriante.
Históricamente, cierto es, los casos más dramáticos, representativos y ampliamente expuestos ante la opinión pública internacional, son los del comunismo y el nazismo. Con la peculiaridad de que a pesar de la incomodidad de un amplio sector de la comunidad judía, de la cual formaba parte, Hannah Arendt evidenció --a partir del debatido enjuiciamiento de Eichmann--, que el problema radicó, y sigue radicando, en el paradigmático estado de derecho enarbolado por la democracia liberal. Es decir, si hubo alemanes que participaron en los crímenes de inocentes, no fue por deseo, por odio...sino por el cumplimiento de una ley, cuya inaplicabilidad los podía hacer sujetos a sanciones por parte de la autoridad legítimamente constituida.
El quid de la cuestión, entonces, radica en la legalización del crimen.
Del crimen de Estado.
Cuando el Estado Criminal, se convierte en legal.
Los peores atropellos a la dignidad de la persona humana, así, pueden cometerse, siempre y cuando hayan cumplido con la normativa constitucional que los convierte en legales. Y un solo hombre, el gobernante, se convierte, en la suprema ley. En la mano ejecutora de la normatividad auto impuesta. Y nace así la confrontación entre ley y justicia.
La realidad del holocausto se ha convertido en una masacre permanente. Es así de monstruoso, que todos aquellos que en base a la evidencia empírica admiten que el aborto es un crimen, hoy quedan convertidos en delincuentes al no aplicarlo en mujeres embarazadas. Se convierten en reos del aparato penal del Estado. Del Estado criminal. Del estado de derecho.
En estricto sentido no hay ninguna diferencia entre un sicario y un médico que practica un aborto: ambos asesinan. Y como suelen ejecutar dicho acto en forma maquinada, con el concurso de otros, ambos forman parte de auténticas bandas del crimen organizado. Esto es, la eliminación del otro --con premeditación, alevosía y ventaja--, los equipara en cuanto a la concertación múltiple de una o múltiples eliminaciones físicas. La diferencia, es el sitio donde se comete el crimen: fuera ó dentro del vientre materno. Unos al aire libre, y otros en lo oscurito. Pero tan manchados están de sangre inocente los sicarios de El Chapo Guizmán como los médicos que en clínicas y hospitales realizan los legrados.
Pero también se actúa criminalmente cuando...se impide la libertad de expresión, la libertad de reunión, el derecho a la legítima defensa. Se amenaza. Se soborna. Se persigue. Y para ello, se emplea el aparato estatal. Con carácter vengativo.
En Puebla, por ejemplo, poco antes de que se enviara al Congreso local una iniciativa del gobernador para legitimar el uso de armas de fuego por parte de los policías en las protestas públicas, los diputados del estado aprobaron la facultad del Estado para llevar a cabo enajenaciones de predios sin reconocerle al propietario el principio a la legítima defensa de su patrimonio. A nivel popular se le conoce ya como La Ley Despojo.
El problema, sin embargo, no sólo se presentó en Puebla, sino que en el Distrito Federal y Guerrero, por ejemplo, donde también gobiernan socialdemócratas, se ha recurrido a la legalización de medidas que otorgan a los gobernantes el derecho a poner en entredicho la dignidad de la persona. Chiapas, Jalisco y San Luis Potosí, no se han quedado atrás en esa mortal carrera.
Arendt, cuando analiza la hoja de ruta del nazismo, deja muy en claro que "el sofocamiento" de la sociedad, para evitar toda protesta ante las atrocidades del gobernante, es la antesala a la instauración del Estado Criminal.