martes, 4 de septiembre de 2012

El PAN: ¿una Franquicia en Manos de sus Gobernadores?


+ ¿El Gobernador es sólo un Miembro Distinguido o Dueño de la Franquicia?

+ El PAN Importó Mañas y Elementos que le Hicieron Perder Identidad

+ El Costo de las "Alianzas" Electoreras: Pérdida de Votos, Posiciones, Militantes...



1.- La catastrófica derrota que sufrió en las elecciones de julio pasado en México el gobernante Partido Acción Nacional, y
2.- La guerra abierta, y hasta escandalosa, que lleva a cabo contra dirigentes y militantes de dicho Partido el gobernador del estado mexicano de Puebla, Rafael Moreno-Valle Rosas...
Constituyen la representación más nítida del grave daño que le han causado al PAN, y a México, las coaliciones electoreras que tal agrupación política estableció con sus enemigos doctrinales e ideológicos, en aras sólo de buscar el Poder, por el Poder mismo.
En efecto, el extravío doctrinal sufrido por católicos mexicanos metidos a la política partidista, derivó en un lamentable desvío en el ejercicio de la ética política. De ahí, loincomprensible de dos fenómenos:
A)   Las alianzas electoreras --llamadas pomposamente "estratégicas"--, con sus auténticos enemigos doctrinales; esto es, con los marxistas del PRD y con los promotores delnacionalismo-revolucionario vomitados del PRI, y
B)  El infatilismo político de convertir al PRI en "el perro de todo mal" y, por lo mismo, transformar los comicios de julio pasado en una especie de "cruzada", en la que el nuevo moro a vencer era el Revolucionario Institucional.
A la luz de los resultados electorales y las complicaciones político-partidistas que se viven en México, cabe finalmente preguntarse: ¿La ansiada y necesaria búsqueda de la civilización del amor resultó favorecida? ¿La cultura de la vida logró fortificarse? ¿se dio un paso adelante en la instauración del Bien Común?
Desde que la presidencia del PAN fue ocupada por Luis Felipe Bravo Mena, pasando por la de Germán Martínez, César Nava y Manuel Espino Barrientos, al PAN le dió por "jugar al PRI". Esto es, pretender el Poder, por el Poder mismo, y poner las candidaturas a la "venta". Al mejor postor. Los principios doctrinales, la fidelidad a la la militancia, la trayectoria partidista, fue suplantada porel "marketing político", através de la incorporación de artistas, de deportistas, "candidatos ciudadanos", así como de tránsfugas del PRI, a los que se les ofrecieron candidaturas para diputaciones, delegaciones municipales y gobernaturas
El siguiente paso fue pasar, de mera "bandeja de reciclaje" del priísmo, al auténtico concubinato con marxistas y militantes de logias ajenos por completo a los principios social cristianos que se han tratado de injertar al PAN desde su fundación, sin que ésta obedezca, en estricto sentido, a aquellos
Frente a tal fenómeno, las advertencias oportunas e inoportunas, como dirían san  Pablo, que se les hicieron a los dirigentes visibles del PAN, fueron desestimadas, en aras de la "Transición", que quedó convertida --como hubo de señalar con mucha antelación y tino el extinto Plino Correa de Oliveira--, en "palabra talismán".
Así que todo se quiso justificar en aras de la "Transición".
Y el PAN y México han pagado las consecuencias:
* Como los panistas  hicieron del PRI el nuevo "Coco", millones de electores en México prefirieron dar su voto "útil" al marxista PRD y al nacional-revolucionario López Obrador, en vez de sufragar por el PAN y por Josefina.
* Como en forma sucesiva, durante más de 12 años, promovieron alianzas electorales con el marxista PRD, hicieron que su clientela electoralperdiera el miedo de votar en favor de marxistas, comunistas y socialistas.
* Como abrieron sus puertas a los tránsfugas del PRI, el Partido Acción Nacional paulatinamente fue perdiendo también identidad propia, el desplazamiento de sus militantes fieles, y adquiriendo las viejas prácticas autoritarias que el PAN decía sólo se presentarían si regresaba "el Coco" a Los Pinos
Desde el punto de vista moral, ético y político, la responsabilidad de los impulsores de esas "alianzas" y concubinato de los católicos metidos a la política partidista con sus enemigos, es enorme, ya que han contribuido a consolidar en la sociedad mexicana la Dictadura del Relativismo, merced al irenismo, al sincretismo político-electoral.
Desde el punto de vista ético del ejercicio político, viven una esquizofrenia, una dualidad: son una cosa pero se creen otra. Hay una escisión: luchan justificadamente y combaten al autoritarismo del viejo PRI, pero lo alimenta internamente, dentro del PAN, a través de la unión marital con los enemigos de los Principios Irrenunciables y la búsqueda la prolongación del poder personal, al más puro estilo del PNR, del PRM y del viejo PRI.
Y hoy, por ejemplo, es así que se vive en Puebla la intentona de desplazar a los panistas auténticos, leales, esforzados.
Sustituirlos por exmilitantes y exdirigentes del PRI, de Convergencia, del Movimiento Ciudadano, del PANAL.
Reemplazar a las dirigencias comprometidas, e imponer a candidatos sin trayectoria panista, sin probada fidelidad a los principios.
Si el PAN dice estar contra el autoritarismo, ¿entonces debe el CEN del PAN aceptar que un Gobernador sea el que imponga candidatos y dirigentes a su antojo en cada entidad?
¿Cada Gobernador panista es un militante distinguido más del Partido o el dueño de una especie de franquicia, que le permite hacer lo que le de en gana con el PAN y sus militantes?
¿Se le vendió al gobernador la franquicia del PAN Puebla? ¿Es dueño de ella? ¿Debe dirigir el Partido aquél que le es sumiso, y debe quedar fuera aquél que es fiel a los principios?
¿Debe un Gobernador imponer a todos sus leales como candidatos y dirigentes, al estilo del Viejo PRI, que operaba mediante el torgamiento de cuotas?
¿Pues no que el Gobernador de Puebla no se metía en cuestiones internas del Partido? 
Esa parece ser la cuestión.

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