martes, 7 de febrero de 2012

Perdió Calderón 3 Veces el Domingo

* El Voto de los Panistas fue Contra el Presidencialismo
* En Guanajuato, Aplastaron al Antinatalista José Angel Córdoba
* Mensaje Claro del Panismo: Candidatos Propios y Doctrinalmente Sólidos
1.- La sumisa actitud de Cuauhtémoc Cárdenas hacia la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, y 
2.- La triple derrota que sufrió el Presidente Felipe Calderón el domingo pasado, cuando sus candidatos a la Presidencia de la República y a los gobiernos de Guanajuato y Jalisco, fueron amplia, rotundamente apabullados por los propios militantes panistas, durante los comicios internos celebrados en el país...
Parecen conducir inexorablemente a dos escenarios posibles:
A) El fin del maximato zedillista, que lleva 18 años en el poder, o
B) El ya pronosticado aquí, desde el martes 21 de julio de 2009, en el sentido de pactar la entrega de Los Pinos al candidato socialista (Andrés Manuel López Obrador), tal y como lo hizo Ernesto Zedillo con Vicente Fox, ante la imposibilidad de imponer su propio candidato al Partido que lo llevó al poder.
Ernesto Zedillo no pudo siquiera, frente a la resistencia de la férrea militancia priísta, imponer a uno de sus fieles como Presidente nominal del CEN del PRI, para "conducir" el proceso interno de "selección" del candidato a sucederlo en Los Pinos. Pero a cambio de eso, la noche  de las elecciones presidenciales le dió el albazo al PRI y no dejó que el candidato priísta, Francisco Labastida, ofreciera su discurso; simple y llanamente, a través de canales de la televisión obligados a sintonizar con su mensaje desde Los Pinos, Zedillo proclamó a Vicente Fox como el nuevo Presidente de México.
¿Qué hará esta vez Felipe Calderón?
¿Seguirá fielmente los dictados del maximato zedillista, que a todas luces prefiere a López Obrador en el poder, antes que a Enrique Peña Nieto, por ser abanderado éste último de la corriente modernizadora o "neoliberal"?
Los estrechos lazos entre los dos últimos gobiernos mexicanos y el zedillato, han quedado plenamente de manifiesto:
1.- Vicente Fox no tocó a la familia de su antecesor, pese a las acusaciones del general Jesús Gutiérrez Rebollo --cuando era Comisionado Nacional Contra las Drogas--, sobre sus nexos con el narcotráfico.
2.- Tampoco emprendió ninguna acción a fondo para extirpar de raíz los núcleos de poder que hicieron factible la salida de Joaquín Guzmán Loera (a) El Chapo Guzmán del penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, no obstante las evidencias documentales que existen en torno a preparativos y quejas de la entonces Comisionada Estatal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Jalisco, la panista María Guadalupe Morfín Otero, en torno al trato preferencial que se le otorgaba al capo, dentro de la prisión citada.
3.- Jorge Tello Peón, el encargado del CISEN durante el sexenio zedillista y la ola de "filtraciones" auditivas y visuales contra la familia Salinas de Gortari a través de los noticieros de Televisa --presididos éstos últimos por el exsecretario particular de Zedillo mismo, Leopoldo Gómez--, ciertamente fue retirado por Vicente Fox de la Subsecretaría de Seguridad Pública, luego de la escapatoria de El Chapo...pero fue rehabilitado por Felipe Calderón, inicialmente como "asesor en materia de seguridad" en la Presidencia de la República.
4.- También el actual gobierno, recientemente salió en defensa de Ernesto Zedillo, en torno a las acusaciones en los tribunales de los Derechos Humanos en el exterior, por la matanza de Acteal. 
5.- Todo lo anterior, sin contar con la inclusión de elementos plenamente identificados con el zedillismo, tanto en el PAN como en la Administración Pública. Muchos viejos priístas, reacios a la modernización que llaman "neoliberalismo", hoy comen del PAN. Nunca han renunciado a sus ideales, a su ideología, a su visión política, a su secularismo: sólo se "afiliaron" al Partido Acción Nacional, como parte de la negociación en la cúpula del poder. Y, eso sí, han desplazado a lkos auténticos panistas. A los leales. A los doctrinalmente fieles. 
Esos panistas leales, son los que votaron el domingo contra la imposición. Contra lo que consideraron un candidato oficial. El retorno del presidencialismo.
Contra el pragmatismo.
Contra la visión secularista y sincretista.
En Jalisco y en Guanajuatgo, pues, los panistas salieron para elegir candidatos propios. Ninguno de ellos es producto de coalición alguna. El más destacado es, sin lugar, a dudas, Fernando Guzmán Pérez, con una amplia trayectoria tanto en la entidad como en las luchas sociales y en favor de los Derechos Humanos. Y en Guanajuato, el exsecretario de Salud, que llegaba como una especie de Virrey, enviado, pues, desde "el centro" para gobernar a los súbditos, fue rechazado por los militantes que no olvidan el respaldo que ha tenido José Angel Córdoba a las políticas antinatalistas. Es decir, el panismo cree, como ha sucedido en ambas entidades de manera consecutiva, poder mantener el respaldo popular con elementos propios, no con priístas resentidos, no con alianzas con sus enemigos perredistas, ni tampoco con personajes impuestos por la profesora Elba Esther Gordillo.
 
El mensaje de los panistas parece ser muy claro, pues. El problema radica en el espíritu con el cual acepte ese veredicto el Presidente Calderón y la respuesta que ofrezca: terminar de una vez por todas con el maximato zedillista --que ha atado al PAN una connivencia con sus enemigos doctrinales que ha provocado un trasbordo ideológico, o bien responder con rencor, al estilo zedillista, y entregar el país a los contrarios, en este caso a las fuerzas del Nacionalismo-Revolucionarias, que desde la creación del PRI, buscan la revancha interlogial con quienes consideran "traidores" al proyecto histórico estatalista de la Revolución Mexicana.
¿Qué hará, pues, Calderón, más allá del gesto diplomático de recibir a Josefina en Los Pinos?

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